miércoles, febrero 15, 2006

 

CORAZON EN EL PRESO

Por Carlos Cubero

En mi reciente empleo como psicólogo en centros penitenciarios, hemos celebrado el día de San Valentín. Con el objetivo de socializar a los reclusos y habituarlos en la normal y fluida expresión de las emociones, hemos decidido que todos hagamos una redacción sobre el amor y San Valentín. El recluso Martínez Alsina me ha permitido transcribir y colgar en mi blog su magnifica redacción. Espero que os guste en este día tan señalado.


Siempre recordaré a mis padres peleando en este día tan señalado. Mi madre era una mujer gélida, acostumbrada a la dureza del campo, que fue a casarse con un cantamañanas como mi padre. Mi padre la encandiló con su verborrea barata, para luego darle una vida mísera y sin sentido: una vida de sacrificios sin recompensa alguna.

Mi madre estaba helada y yerma, como tierras de secano en pleno invierno. Mi padre era pueril, falso e inútil, como un niño travieso sin sentimiento de culpa.

Pero el día de San Valentín mi madre esperaba un gesto de afecto, de un amor que ya había olvidado. Sólo necesitaba un oasis de mentiras pútridas para sostener su desangelada existencia. Mi padre sólo se lo dio una vez, y la estupidez más escandalosa inundó la expresión de mi madre. Pero sólo fue un 14 de Febrero de los 45 que compartió con mi padre.

Es curioso como escogemos días para ser felices y para caer en el engaño más absoluto. Mi madre sabía que mi padre era un inútil y sabía que no tenía remedio. Por muchas flores que enviara, mi padre no cambiaría jamás.

Creo que mi madre no era tan gélida antes de conocer a mi padre, pero perdóname si no la disculpo: yo sólo pude vivir sin abrazos y me trae sin cuidado de quien fuera la culpa. Yo no tengo la culpa de haber vivido con un padre borracho, vagarras y tonto del culo. Puestos a disculpar, no tengo la culpa de haber sido concebido.

Pero sé que el mío no es el peor de los referentes. Mi madre me enseño a ser duro y mi padre a apreciar el dinero fácil. Lo primero puede llevarme a algún sitio, lo segundo me aleja de una vida sedentaria y perdida en horarios de oficina.

Mi padre era un vago pero no un drogadicto y eso me enorgullece. La mitad de mis amigos del barrio tenían padres yonquis y he vivido escenas que curten a cualquiera. A mi ya no me dan miedo las navajas ni los cuchillos, ni me da miedo perder la vida en una reyerta. Por eso siempre he sido respetado en el barrio… Y por otras razones, una de las cuales me trajo a este agujero

San Valentín es una mierda al igual que lo son estas clases de asertividad y buenos modales. No tengo a quien darle una caja de bombones y eso me apena. Es por eso que estoy deseando salir de esta prisión.- ¿Qué prisión? ¡Hogar! ¡Templo budista diría yo! – y así tener la oportunidad de vivir con plena intensidad este maravilloso día... Quizás encontrando a una mujer con la que ATRACARnos a chocolates y dulce de leche; y VIOLAR toda regla establecida en favor del amor; y DEGOLLAR cada uno de los momentos amargos que viví pero que no volveran ; y HURTAR sensaciones fugaces de la madre naturaleza; MALVERSAR cada minuto en favor de la unión espitual; y EXTORSIONAR a cualquiera que ose decir qeu al amor no existe... Porque el AMOR está ahi fuera y sé que me está esperando.



¿No es maravilloso los avances que esta experimentando el recluso Martínez Alsina? ¡Qué fluidez y qué expresividad! Cuando veo unos resultados tan inmediatos no puedo más que alegrarme por haber escogido la Psicología como ciencia de estudio. De la redacción se desprende una visión positiva y meditada de su infancia; agentes socializadores óptimos; apoyos sociales de estimable valía; prosocialidad; una bondad y una emocionalidad que no le cabe en el pecho… Este chico es un claro ejemplo de resilencia y tiene un gran futuro por delante.
Es por eso que, sin dudarlo, he recomendado un tercer grado para este recluso ejemplar. Si lo veis por la calle, no dudéis en saludarlo, en abrirle la puerta de vuestra casa y, por qué no, aceptar su caja de bombones. Merece una segunda oportunidad.

Comments:
Creo en la segunda oportunidad, pero meditandolo mucho, antes de otorgarlo.
Me vi algo reflejada en la madre de Martinez Alsina, en lo rigurosa, algo gélida, pero tengo mi lado tierno. Siempre espero en recibir algo, aunque sea una flor arrancada de mi propio jardin.........ays....el amor existe, obvio...el tema es saber encontrarlo, a veces esta tan cerca que no se ve, pero ese es otro tema.
Carlos, como siempre, excelentes tus relatos.
Besos y un abrazo
Anita
 
Raffa, o mo envías el guión del podcast o le digo a todo el mundo aquello que te pasó en aquella orgía satánica organizada por Amena.... sí! si! aquel día que te viste obligado a decir "Organización, porfavor!!!" unas 4 veces mientras apretabas los dientes.

el cortato y el limonccello e grati per a questi señori... Que buen rollo dan los calabreses cuando estan de buenas.

paz
 
Carlos.... no sabia de tu pasado oscuro, en la carcel de istanbul..alli donde aquel vigilante te vio... hizo un hombre.
 
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