martes, julio 22, 2008

 

Baetulo



Por Carlos Cubero




I


Los arqueólogos son de esos pocos seres humanos que pueden encontrar un cadáver y no tener que informar a las autoridades pertinentes. Pueden datarlo, hacerle mil pruebas, dibujarlo, vejarlo, incluso darle con un pico y reventarle el cráneo. Y la pasma...ni mu.

Aquí os entrego lo que parece ser un anomalía en el mundo funerario romano: una tumba a base de ímbrex y tegulae formando un prisma a forma de féretro de cerámica. El ímbrex es, de hecho, como una teja actual: de cerámica robusta y con la forma de un semi-cilindro hueco. Las tegulae son también piezas contructivas y, según he visto, son robustas, de cerámica más rojiza - menos tosca - cuadriculares, planas y rematadas con un pequeño borde o rebaba que recuerda a un alerón de funcionalidad dudosa.

Siguiendo la estratigrafía de los alrededores, esta tumba es del I a.C al I d.C. Para contrastar dicha información, debería haberse hallado material en la periferia del estrato pero, por ahora, no ha habido suerte. La anomalía reside en que este tipo de construcciones funerarias son propias del siglo III d.C. y, mientras no surjan datos que contradigan las evidencias, esto es comparable a toparse con una casa modernista en pleno siglo XVII.


Lo cierto es que si me hubieran dicho que era el tejado de una casa, hubiera asentido y construido un corpus falso sobre las formas constructivas romanas. Incluso me hubiera presentado voluntario - pico en mano - para bajar los niveles hasta los cimientos.
Pero yo tengo mi orgullo, y no he querido descubrir mi absoluta ignorancia en ritos funerarios. Por eso les he preguntado qué hacían los romanos cuando uno de los suyos fallecía.

Nadie parece saber como se santigua uno en una religión politeísta.







II






Han retirado las tegulae y los ímbrex con sumo cuidado y, como era de esperar, se han descubierto los restos óseos sepultados por tierra arenosa. Lo primero que observamos fue su cabeza: descansa en un ímbrex dispuesto a modo de un cojín de lectura, ese que nos yergue el cuello hasta que nuestra barbilla toca el pecho.
Debido al peso de los estratos superiores, parte de la estructura funeraria se vino abajo hundiendo el torso de la fallecida. Por eso, costillas y esternón están bastante dañados.

A pesar de no ser más que un montón de huesos, parece estar cómoda. Mide 156 cm. y muestra, al menos a simple vista, una dentadura envidiable. Sí, es una mujer y no sabría justificaros dicha afirmación: no sé nada de dimorfismo sexual tanatológico, pero en breve pondré remedio a ese vacío (imperdonable) de conocimiento, y estas dos frases habrán desaparecido.

Justo encima de su cabeza, reposan como ajuar funerario un clavo de hierro enorme y una pieza de vidrio con forma de corona de botella. A su vez, adherida a la mejilla izquierda, se observa una moneda de bronce tiñendo los huesos colindantes de un verde eléctrico oxidado. No parece que haya estado metida en la boca porque la calavera la tiene cerrada a cal y canto.

Esa moneda es el pago que la difunta debe rendir a Caronte, el barquero que la llevó al mundo de los muertos.

Las tarifas integradas es cosa de vivos.





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La moneda pudo estar en la boca originariamente, y en el proceso de descomposición se escurrió para acabar descansando debajo del pómulo. Hay otras hipótesis que no se contemplan porque la antropóloga encargada de exhumar el cadáver es toda un profesional de ojos verdes (también eléctricos), y trabaja y piensa de forma metódica.

Mientras me alejo de la necrópolis hacia el sector de las balsas de decantación, se me ocurre que la desafortunada pudo ser víctima de una muerte aparente. Al despertar - al volver a la vida - se encontró sepultada, y en un acto reflejo escupió la moneda que interrumpía sus vías aéreas para posteriormente gritar "auxilio".
El grito aislado acabó por silenciarse por la falta de oxígeno y, poco después, fueron desfilando cuántas diapositivas caben en una existencia de menos de 30 años. Todas ellas pasaron por su mente angustiada, encapsulada por toneladas de tierra y por el olor de la cerámica enmohecida: las largas tardes de telar y música susurrada; el primer beso de aquel centurión romano de piernas fuertes y falus magnus; el día que bebió tanto vino aguado que se quitó las bragas romanas en medio del mercado de Baétulo; las aguas del Mediterráneo en su cuerpo blanco, desnudo, mientras bañaba el calor de los meses estivales envuelta por los misteriosos sonidos profundos y abisales de las aguas oscuras de las costas layetanas...

Voy a beber agua.


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Nota: La fotografía expuesta es un ejemplo de una inhumación romana. Debido a la imposibilidad de publicar material reservado, he escogido esta tumba hallada en Lliria que data del III-IV d. C. (Periodo bajoimperial). Ha sido extraída de
laflautadepan.blogspot.com.


lunes, julio 21, 2008

 

La Banda Fratelli (La cumbre de los necios)


Por Carlos Cubero



I




Hoy he salido del dentista con el labio anestesiado. Después de vivir la tensión de los que, condicionados, no descubren dolor presente, he salido de la consulta ansioso por fumarme un cigarrillo. Como la inestabilidad se plasma en todo los aspectos de mi vida (incluido los mecheros disponibles), he tenido que pedir fuego a un desconocido. Al encendérmelo he sorbido para prender el canutillo y, para mi sorpresa - y para la del altruista viandante - se ha hecho patente la insensibilidad temporal de parte de mi labio inferior, y al dar la primera calada me ha salido una pedorreta.

Y esto es lo más alegre que me ha sucedido en estas últimas semanas: una historia libre de pasiones, repleta de cotidianeidad y tan estéril como las ideas que pueblan mi cabeza.




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Pero no hay nada como la música para modular estados de ánimo y para dar color a las almas enlutadas: seré uno de los cientos - miles - de asistentes al concierto gratuito de, entre otras, La Banda Fratelli en la Plaça dels Traginers de Barcelona.

Aquí os dejo una entrevista (realizada por un servidor) con Toni Caldi, bajista y líder moral de esta impresionante banda cosmopolita.

Recordad: Sábado 26 de Julio a las 20 horas en la Plaça Traginers de Barcelona.

¡No os lo perdáis!







II


El sonido de la Banda Fratelli es fiel a la descripción que Toni Caldi dio en su entrevista para este espacio: una fusión de funky con ritmos africanos y un concepto muy rockero. Son una banda excepcionalmente sólida si tenemos en cuenta la juventud de su formación.

Aqui os dejo la segunda entrevista con Toni Caldi donde nos desvela los diferentes sucesos que tuvieron lugar en el concierto del pasado Sábado 26 en Plaça Traginers. Considero este archivo una joya en formato mp3 por haber plasmado, merced a una súbita llamada, la parte más sensible de este genial bajista.

Espero que la disfrutéis.



La cumbre de los necios

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