miércoles, marzo 26, 2008

 

Transmisor de sensaciones



Reflexiones del Dr. Dukakis




El Dr. Dukakis no ha permanecido impasible ante esta lacra de personas desalmadas, sin sentimientos de culpa e incapaces de sentir empatía por otros seres humanos.

En la película "Powder" un genio albino enclaustrado da una lección a un cazador gordo y orgulloso. El cazador, justo después de abatir a un cervatillo, se jactaba de cuán limpio había sido su tiro delante del alumnado: una muerte limpia, rápida e indolora. Powder entonces posó su mano en el cervatillo abatido y cogió con fuerza la mano del cazador gordo y orgulloso. Todo el temor, la angustia y la agonía del animal viajaron del cérvido al cazador a través del blanquecino cuerpo de ese extraño protagonista de ojos rojos.

El cazador salió despavorido y nunca más pudo coger un arma sin sufrir un terror irresistible.




*************



Notas del Dr. Dukakis


Si sólo pudiera provocar una chispa, un detonante neuroquímico que hiciera entender que la diferencia entre tú y yo es ilusoria.
Jesús nos dijo "quiere al prójimo como a ti mismo". Lo dijo porque estaba ante una audiencia infantiloide incapaz de sentir esa verdad oculta que nos rodea. Se dijo a Sí mismo: "si no comprenden el fondo que, al menos, adapten su forma", y dijo la célebre frase.

La frase que debió decir -y no dijo- fue "quiérete a ti mismo", a secas. Pero era arriesgado dejar a la libre interpretación de los mortales de la época una frase tan escueta.
Los escritos apócrifos narran que Jesús (gracias) ya soltó esa frase en un monte de un planeta de una lejana galaxia, y los seres que allí habitaban acabaron fagocitándose los unos a los otros.

"¡Quereos a vosotros mismos!" Y los alienígenas primitivos empezaron primero a masturbarse y luego - como suele suceder después de un orgasmo - a emprenderla a bocados con todo bicho viviente con una voracidad sin límite.

Luego pensó: ya que sois incapaces de ver que sois todos la misma mierda (o arcilla), os digo "quered al prójimo como a vosotros mismos", y todo arreglado. Que conste que no dijo nada de "soltaos la pilila que se os seca la espina dorsal".

Desde la premisa de que la diferencia entre tú y yo es ilusoria, cabe concluir que la gente hace bien en quererse a sí mismo. Porque ellos somos nosotros, vosotros soy yo, yo soy él, ella es la otra y no veas que orgía nos espera. Porque si yo soy yo y tú eres yo ¿te puedo tocar el chichi? ¿qué más da si te toco una nalga? ¿y si te chupo un pecho? Si tú eres yo y yo soy tú, eso no sería más que una aliteración.
Quien sepa escuchar que escuche: que quiera chuparte un pezón es irrelevante en la inmensidad del universo.

Creo que me he liado.




N=1



El ONPSS (Organismo Nacional de Presos Sin Solución) me ha proporcionado un sujeto para llevar a cabo mi experimento. Se trata de Gabi "el samaritano" un recluso que lleva 13 años en prisión por un delito de asesinato. Me lo han traído a la consulta inmovilizado y con una máscara para evitar mordeduras.
Gabi es una lindeza de hombre. Entre todos los actos criminales que cometió, era conocido por poder predecir la roturas de caderas de las ancianas. Sólo con echarles un vistazo podía saber su grado de osteoporosis. He aquí los extractos de mi entrevista.

"Yo miraba sus andares y el grado calavérico de sus rostros. Y ¡crac! al suelo. Me acercaba para obsequiarles con mi ayuda y luego les arrancaba el bolso (...) No puede llegar a imaginarse la fuerza que puede tener una anciana (...)

Me entruyaron por asesinato, pero nunca quise matar a aquella señora. Todo iba como de costumbre. En el parque, una anciana daba de comer a las palomas y cuando menos se lo esperaba perdió el equilibrio. Se dio de bruces contra el suelo y yo, con cara de preocupación, me acerqué para ayudarla (...) Luego le agarré el bolso con todas mis fuerzas.

Salí corriendo por la Gran Vía hasta bajar por una boca de metro. Cuando bajé por las escaleras mecánicas, noté que algo pesaba: me giré y vi que llevaba a la mujer sujeta. Bajé como una exhalación para ver si la inercia despegaba a la vieja del bolso. No había visto jamás una mano tan poderosa. Luego me enteré de que la señora había sido medalla olímpica en gimnasia en la especialidad de barras (...)

Aquella mano, creame doctor, no era humana... Las puertas del metro se cerraron y yo, el bolso y la mano de la anciana se quedaron dentro del vagón. La anciana, sin embargo, no pudo entrar. El conductor, sin enterarse de lo sucedido, puso en marcha la máquina y arrastró por toda la estación a la señora. Después de restregar la cara de la vieja por el asfalto del andén, la señora quedó espachurrada en el quicio del túnel (...) llena de colillas, escupitajos y cacas (...) Por unos segundos fue como una mopa hasta que acabó como un póster al final de la estación.
Alguien accionó la alarma y el metro se detuvo. Todos en el vagón se me quedaron mirando horrorizados al ver a un caco - aquí presente - con un bolso y una mano amputada que, con espasmos, no soltaba el asa "ni pa' tras".
Cuando los viajeros vieron el percal, primero dudaron y luego acabaron pegándome una paliza. No hubo nadie en el vagón que no pusiera su granito de arena en mi cuerpo. Recibí patadas, puñetazos, gargajos y, a los pocos segundos, me quedé inconsciente. Cuando desperté estaba en el hospital custodiado por la Guardia Civil y tenía tres costillas rotas, el pómulo hundido, los testículos metidos para dentro, un hombro dislocado y una mano amputada metida en la boca".





Comments:
Megustaba más el dibujo del Dr. Dukakis mas grande y co color que ahora, que le vamos hacer, si el autor lo considera que tiene que ser asi.
 
Publicar un comentario



<< Home

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Spain License. This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Google