jueves, agosto 02, 2007

 

Un día con Montserrat


Por Carlos Cubero



La paciente de al lado se muere. Yo estoy cubierto de atenciones y mi madre - una mujer llena de humanidad - le pregunta a diario si necesita algo. Lo dice de todo corazón porque, a día de hoy, es mi compañera de habitación y porque está visiblemente sola, triste y desatendida por sus familiares. Su respiración es tosca, dificultosa, obturada y yo no puedo dormir hasta que me inyectan un sedante. Los largos pitidos que emite su traquea (o alvéolos, o laringe, o todo a la vez, qué sé yo) van a volverme loco. Es como una cafetera impaciente a fuego vivo, como un escape de gas en una cocina a punto de estallar. Yo no emito ruidos extraños porque sólo ronco cuando bebo y aquí el ron no está permitido: sólo hay bolsas de salinos, de antibióticos de amplio espectro, de bolsas IGV, complejos vitamínicos y demás mierdas que le permiten a uno comer y sanar sin mover un dedo.

Yo estoy lleno de atenciones porque, a pesar de ser un hombre complicado y algo déspota, he podido conservar a personas que realmente me quieren. A Montserrat, en cambio, nadie va a verla, y si tuviera que emitir un juicio salvaje sobre su situación (algo que me gusta hacer) debería concluir que no merece morir sola. Es sólo que ha sido un devota esposa, algo aburrida y con un pésimo sentido del humor. Ha malcriado a sus hijos siendo una madre blandengue y torpe, transigente hasta la médula. Sus hijos acabaron creyendo que eran mucho mejores que sus padres y que además sus deficiencias como adultos, para postre, eran plena responsabilidad de sus criadores. Siempre la escudella a punto en la mesa; día tras día, noche tras noche, para acabar en la comodidad de ser una madre ninguneada por sus vástagos y por su marido.

Mirad. Yo tengo la mala costumbre de reírme cuando no debo porque mi sentido del humor - el muy villano - busca salidas imposibles ante las situaciones más bochornosas, crudas y dantescas. A mi la señora Montserrat me hace gracia porque tiene los pelos teñidos como una loca. Me río desde el respeto más absoluto a su persona - de verdad - pero es que lleva los pelos rizados y anaranjados y, si os soy sincero, sus pitidos y el timbre de su voz son difíciles de diferenciar. Aún no la han intubado, pero como no saque eso de sus pulmones (sea lo que sea, es grande, viscoso y nos inundaría a los dos) van a tener que hacerlo en breve.

No parece estar presta a una conversación distendida asi que me he imaginado a mí mismo dándole palabras de aliento y ella me ha replicado con la frase: ¡Qué coño voy a recuperarme! ¡Tengo metástasis hasta en las bragas! Y luego he rezado un Padre Nuestro, porque reírme de mis semejantes, sobre todo en momentos tan delicados como el presente, es tentar a la suerte. Pero luego he pensado ¡qué cojones! Si Su comprensión es infinita comprenderá que mi situación estimular es lamentable y tengo que sacar punta a cualquier situación que caiga en mis manos. Si estuviera en una situación normal me dedicaría a charlar con mis amigos y a drenar todas las barbaridades que pasan por mi mente. Pero me he visto encerrado en una habitación con una mujer de setenta años que está a punto de diñarla. Yo no quería esto y necesito reírme. Dios conoce la risoterapia y sabe que nos beneficia a todos, por eso me perdonará por imaginarme a la Sra. Montserrat bailando en tanga y lamiendo una barra americana, o poseída por un ser del inframundo reptando por el techo. Tampoco creo que me tenga en cuenta si por casualidad imagino al doctor acercándose a su cama e informándole de que le quedan 3 días de vida ¿Causa? Una permanente mortal.

Hay que depurar responsabilidades. Yo no le pedí a Dios ser una persona de mente acelerada, inquieta o creativa (o integradora, da igual, por favor, no empecemos). A mi nadie me pidió opinión a la hora de trazar mi mapa sináptico porque, si lo hubieran hecho, os aseguro que no habría escogido la habilidad de visualizar a la Sra. Montserrat pidiendo papel de water en un piso de 40 metros cuadrados y unos hijos despanzurrados en el sofá replicándole natejat el cul amb el dit para luego dar un portazo.

Alguien podrá argumentar y juzgarme con un simple "libre albedrío, hijo mío", ¡pero no puedo no reírme! ¿No te das cuenta Señor que mi mente funciona digan lo que le digan? Yo procuro contenerla y la señora Montserrat está bailando claqué, dando vueltas como Ginger Rogers, hasta que se pisa la falda y se queda delante de la audiencia en faja (de esas con una florecita), para luego ponerle gafas de culo de vaso y ver como salta de vagón en vagón cantando "I've seen it all" como Björk en "Bailando en la oscuridad", con la única diferencia de que Montserrat canta con un marcado acento catalán, y con la diferencia de que Montserrat da un ligero traspiés para acabar el musical arrollada por toneladas de acero en movimiento.

Y es que Lars von Trier, ya lo dijo Björk, tiene una mala sombra...


*******


Al caer la noche, las luces del hospital se han apagado y ha reinado el silencio en los pasillos de la tercera planta. Huele a hospital - sigue oliendo a hospital - y no tengo ganas de cribar ese olor a muerte, desgracia y emociones intensas. Bueno va, sí: huele a higiene esmerada, a lejía, a vísceras, a escorbuto apagado, a llanto contenido, a madres pelmazas y a tensa espera. Si alguien encuentra la esencia de todos esos elementos podrá sintetizar la fragancia de un gato en descomposición espolvoreado con cal viva.

Luego la crispación de mi mente se ha ido apagando porque una enfermera se ha aproximado a mi cama. No era ni guapa ni fea y no he sentido excitación al ver sus piernas. Aún habiéndola sentido mis posibilidades de éxito serían nulas porque mi atractivo ha caído en picado y porque se me nota en la cara que mi ejecución sería pésima. Sus piernas no eran bonitas, pero da igual, porque cuando uno está débil ya no distingue las excelencias de un cuerpo lozano. Las cosas son bonitas cuando puedes sentir el gozo que transmiten y, hoy por hoy, soy un receptor averiado.

Ha cogido la sonda procurando no hacer ruido y ha inyectado una dosis de Gloria Bendita. Luego me ha invadido un ruido blanco - la versión acústica de un cielo azul - y una voz en off , como la de una película intimista y profunda, me ha susurrado al oído que todos morimos, que no hay que ponerse dramático, que lo único que sucede es que todos tememos salirnos de las estadísticas, esas que dicen que nuestra esperanza de vida tiene que superar los 79 años...Y eso - que quede entre nosotros - no me ha hecho gracia, ni puta gracia, pero tampoco he sentido la necesidad de derramar una lágrima.



Comments:
Carlos, repasa el relato te has dejado la t de Montserrat y algun artículo mal puesto.....te veo muy distraido...raro en ti no........
 
Anónimo

Repasa tu comentario. Te has dejado el acento en "algún" y en "distraído". Dejemos los signos de interrogación y el punto y seguido para otro día. Y sólo en dos lineas...

Ánimo, Carlos. Te echamos de menos.
 
Anónimo 1,

se más constructivo/a... el o/a lo pongo porque me gusta hacerme el tonto. No hace falta ser un experto en lexicometría para saber quien eres ;)

Anónimo 2,

No seas tan animal, coño. La gente ya no pone comentarios desde que arcángeles y demás animalitos de naturaleza cáustica soltáis lo que soltáis.Y yo quiero comentarios porque dan vida a este espacio...Y a mi...Y la quiero! Quiero todas las vidas para mi amo! Vidas, muchas vidas! Oh!! Siii! Un gatito juguetón al que pueda alimentar!!

- Sr, Reinsfeild no preferiría usted un...GATO?

-- Oh sí!! Un GATO al que pueda amaestrar..ÑAM!

un abrazo a todos,

Carlos
 
No entiendo nada de ese comentario, de los gatos y de lñas vidas......
 
Anónimo 1,

se más constructivo/a... el o/a lo pongo porque me gusta hacerme el tonto. No hace falta ser un experto en lexicometría para saber quien eres ;)

Anónimo 2,

No seas tan animal, coño. La gente ya no pone comentarios desde que arcángeles y demás animalitos de naturaleza cáustica soltáis lo que soltáis.Y yo quiero comentarios porque dan vida a este espacio...Y a mi...y la necesito.

un abrazo a todos,

Carlos
 
Lo sabia que sabrias quien soy....por la ultima frase, no??
 
¿Lexicometria?
 
¿K?
 
Ya no me acordaba de lo entretenido que puede ser la lectura de los comentarios de este blog.

Espacio este(el blog)en donde los lectores tienen una incesante necesidad de protagonismo que los empuja hasta el más ... allá

Pero cuidado con permanecer en el mas allá demasiado tiempo... se corre el riesgo de no volver.

A. Rafael
 
Publicar un comentario



<< Home

Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Spain License. This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Google