lunes, junio 11, 2007

 

Recuerdos

Por Carlos Cubero



Pere


A los siete años uno no conoce los términos microcefalia ni polidactilia. Lo único que sabes es que "micro" viene a significar pequeño y que "Dactilo" es un microasteroide que orbita a Ida a noventa km. de distancia. Sin embargo, era por todos sabido que el hijo de la profesora de primaria había tenido problemas desde su nacimiento. Luego tu madre y algunas profesoras te explican, susurrantes y comedidas, que Pere era el hijo adoptado de la señorita María y había sido entregado enfermito a sus padres adoptivos.

Las imágenes son difusas pero sí recuerdo su retraso mental y una forma de hablar pobre y explosiva. Tenía una voz extraña - como la de un reclamo para patos - y jugábamos en el parque a canicas, revolcados y desgastando la rodillas de los pantalones sin miramientos. Él jugaba con nosotros pero siempre andaba más ocupado inventando historias que no verbalizaba, utilizando dos muñecos de la colección "He-Man", deslizándolos por el "huache" e interrumpiendo, de vez en cuando, el trascurso natural del juego.

Tan extraño como su voz era su dedo meñique de la mano izquierda que parecía ramificarse para sacar un nuevo dedo atrofiado y raquítico. Yo lo toqué, pero no mucho porque estaba feo tocar deformidades ajenas y porque tocar algo así daba dentera.

También recuerdo que tenía la cabeza pequeña y que no era un niño atlético. Tenía cara de tonto - eso sí lo percibía - pero si me hubieran dicho que era un genio yo les habría creído. Los genios también son anomalías y también merecen un adjetivo a parte. Uno, cuando tiene siete años, no sabe calibrar los extremos ni tiene criterios para establecer la anormalidad de nadie, y dice cosas tales como Isla de Krakatoa y su gran erupción, la evolución de las especies, Ptolomeo, Mendel, Darwin, la galaxia Andrómeda (y su galaxia satélite), subnormal, coleóptero, maricón, puta, ojalá te mueras, sucedáneo, cochino, testículo no palpable, etc. sin llegar a abrazar el significado integro de cada uno de los términos.

Yo no sé si he tenido una infancia peculiar lo que sí sé es que vivo en ella de forma parcial a base de pensamientos súbitos, casi irrupciones desde el más allá. Por eso he podido recordar a Pere cuando no tenía razón alguna para hacerlo, y de la misma forma, recuerdo la sensación que me dio el saber que en el funeral de Pere su madre se descompuso.

Durante las sucesivas semanas, las profesoras (sus compañeras) y todas sus amistades consolaban su llanto intermitente en los pasillos del colegio: No has pogut fer-hi més; li has oferit la millor de les infanteses. Y a María le ayudó saber que ella hizo todo lo que estuvo en su mano para salvar los graves problemas de salud de su niño.

A mi más que esa bondad fuera de órbita, más que el dolor de la pérdida de un hijo, más que el alivio que da el saber que uno ha hecho todo lo humanamente posible, más que todo eso, lo que realmente me dio que pensar - y pensé durante noches enteras - fue el motivo que empujó a María a acercarse al féretro de su hijo y depositar los muñecos dentro de su tumba.



Desincronía


Comprensión y emociones tienen que andar el camino del desarrollo cogidos de la mano. No es justo ni adaptativo plantearse ciertas teorías y sus consecuencias para tu mirada cuando lo único que se espera de ti es que juegues a fútbol y llames mamá a tu madre. Sólo comprender la teoría Darwiniana, sólo saber que somos un minúsculo punto en la inmensidad del universo, es incompatible con la sencillez de una vida familiar acomodada. Ser el producto de una selección natural, reubica tu nicho ecológico en una mota de polvo en los cuatro mil millones de años de evolución de nuestro planeta. Cuando entiendes eso, tus padres se convierten en sólo una coincidencia cronológica, y tus hermanos lo mismo. Ser occidental, estar escolarizado, residir en un pueblo dormitorio…Todo está impregnado de una atmósfera de provisionalidad pestilente. Y más pestilente que liberadora porque nadie pretende ser el rey de la perspectiva a tan tierna edad.

Es en ese el punto donde uno mismo puede construir su realidad como le plazca. Pero para eso hay que tener un ego inmenso y demoledor - maduro - y tener pelos en el pecho. Yo tenía la piel blanca y suave. Como un melocotón. Por eso sangré en el lavabo el día que quise emular a mi padre con la maquinilla de afeitar.

Nunca pensé que una barbilla pudiera sangrar tanto y nunca pensé que, más de 20 años después, escribiría estas palabras para que alguien las leyera.



Un secreto a voces



El recién llegado profesor de gimnasia era de barba tupida y muy robusto. Años después descubrí que había participado en unas olimpiadas con la selección española de natación en plena época franquista. Más de una década después, pasados ya sus años de gloria, había aceptado la sustitución de monitor auxiliar de gimnasia en el colegio Sant Esteve para alumnos de primaria.

La profesora titular, en cambio, era escualida y muy blanca; de media melena lisa y mate. Tenía esos rostros redondos, débiles, de risa apagada y dientes grisaceos por la ingesta desafortunada de tetraciclina. Pero tenía un polvo y eso lo supimos antes de que el profesor mostrara poses flirteantes ante todo el alumnado.

Si existe eso de las conductas sexualizadas, si existe eso que llaman periodo de latencia, nosotros éramos una clara anomalía porque, a las poses flirteantes de los dos prodesores sentados en el potro del gimnasio, les siguieron unos extraños ruidos - gemidos- en los lavabos de uso exclusivo para los profesores. Y no necesitamos de más explicaciones para saber que el profesor no le estaba haciendo daño.

El profesor barbudo y robusto duró dos telediarios en la escuela. La profesora escuálida, en cambio, famosa por su intransigencia e insensibilidad ante el temor infantil a dar volteretas, siguió en el cargo por muchos años. Su nivel de exigencia, sin embargo, descendió en picado porque se sabía gritona y porque sabía que había perdido toda autoridad ante el grupo clase. Ella lo sabía y sabía que cualquiera podría replicarle de la manera más impertinente a cualquier exceso en la ejecución de sus funciones.

Era buena profesora porque comprendía que no éramos sujetos de medio metro inocentes e ignorantes. Era, al fin y al cabo, una mujer sola que buscaba que la quisieran. Era la señorita condenada a llevar chandal a diario.




Comments:
Hola, Carlos
Para serte sincera no pensaba volver, pero aquí me tienes de nuevo, atrapada en la nostalgia de tú relato.
Yo creo que lo que nos hace actuar de esa manera y hacer cosas tan incomprensibles como la esa madre rota por el dolor, es que necesitamos creer en un ser superior y en que más allá de esta vida tendremos otra mejor.
Que todos en el fondo, pensamos que a pesar de las pocas o muchas alegrías que tengamos en esta vida, también tenemos muchas tristezas y que de un modo u otro seremos recompensados.
Que a pesar de creer o no creer, cuando estas tan roto de dolor, lo único que te consuela, por muy absurdo que nos parezca cuando estamos bien, en esos momentos necesitamos creer.

K.
 
Carlos,

esto me hace recordar aquel suelo con azulejos verde y tapita color cobre hace unos 30 años aproximadamente... y no quiero!

por cierto K, discrepo.
 
Buenas noches, Sintago
Discrepas? Cual es tú opinión al respecto?
Me interesa conocerla.
Por cierto, que atajo de trasnochadores.
k.
 
Y qué lo digas. Yo procuraré ser espectador, elemento pasivo de todo esto...
 
Buenas noches, Carlos.
Espectador, no…. por favor, me gustaría saber que opinas al respecto.
K.
 
Sabéis que... esto parece intimo, me retiro, ademas la explicación del porque discrepo sería demasiado larga y, considerando la hora, no estaría(la explicación) a la altura...

besos a todos.

Rafa
 
Estoy desacuerdo con K. Yo soy madre de una niña de 6 años, y el solo hecho de pensarlo, me parte el alma. Un hijo es un hijo, sea concebido por una o adoptado, sea sano o no. Es un sentimiento q no se puede explicar. Entiendo el dolor de esa madre, ella queire q su hijo en el más allá continue con sus juguetes, q no se sienta tan solo y que obviamente estará mejor, es lo q una quiere creer en esos momento.
Ahora q soy madre, pude entender las actitudes de las madres en general, el sentido de la protección ( en algunos casos sobreportegen)y el porque siempre estan pendientes de uno, por mas q tengamos 30 años, siempre seremos sus niños/as... para nuestras madres siempre seremos ante sus ojos sus bebés.
 
Yo creo que fue resultado de la inercia del amor y del cariño. Un último acto de cuidado, abnegación y ternura.

Tiene (y tuvo) todo el sentido.
 
Dejadme ser un poco funcional lanzando una pregunta al aire ¿Alguien sabe dónde podría publicar algo como lo ya expuesto en este blog? ¿A alguien se lo ocurre alguna idea? ¿Algún agente potencial?
 
pq no envias tus relatos a las revistas de fin de semana de los diarios?
Al diari sabadell, al diari terrassa, la vanguardia, el pais...por intentarlo.
Tu lo vales, no?
 
Los dos primeros creo que son en lengua catalana ,no? Los dos últimos....En fin, no creo que debamos sobreestimar mi figura...No soy Rosa Montero. Ni Quim Monzò...

Gracias por las ideas. Sigo abierto a sugerencias.
 
Menudo poder de convocatoria q tienes..Mirate Carlos "20 minutos" si metro no contesta.

JEV
 
Carlos, como va el tema de la publicación de tus relatos???
Que poca gente hay por aca,no?
 
Si que hay poca gente sí. Y menos que va a haber...

Saludos!
 
hola carlos
hace poco que he caído en este blog y me encanta como escribes. No pensaba escribir pero al ver ese "Y menos que va a haber" me he asustado y escribo sólo para pedirte que sigas escribiendo.
por cierto si no encuentras donde publicar tus relatos podrías enviarlos a concursos hay muchos y sé que eso, a parte de darte pasta, también te puede abrir puertas a la hora de publicar.
por favor siguwe escribiendo.
 
Y porque dices, cada dia habtra menos gente Carlitus??

Que ya no te quieren.....??
 
El/la que ha caído hace poco en mi blog. Quién eres?
 
preferiria no decirtelo. pero me encanta como eres.
 
Pues, pues...Gracias. Un placer tenerte por aquí.
 
Creo que a Carlos le convendría saber quien eres :P


JEV
 
Permanecer en el economato es un derecho, JEV.
 
Carlos no sé si te has pensado lo de enviar tus relatos a concurso como forma de llegar a publicar.
http://www.concursae.com/categoria/literatura
En esta página hay algunos, pero si buscas encontrarás muchos más. Si yo voy viendo algo por ahí te informo.
Y prefiero no decir quien soy pq me conoces.
 
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